Juan Carlos I aterriza en Vitoria tras su estancia de cinco días en Sanxenxo

El emérito pensaba participar en la Copa del Rey de Vela, aunque finalmente no ha sido posible debido a las condiciones meteorológicas

El rey emérito, a su llegada al aeropuerto vitoriano de Foronda
- PABLO GONZÁLEZ-EUROPA PRESS.
El rey emérito, a su llegada al aeropuerto vitoriano de Foronda - PABLO GONZÁLEZ-EUROPA PRESS.

El rey emérito aterrizó en la tarde de este domingo en el aeropuerto vitoriano de Foronda tras poner punto final a su estancia en la localidad gallega de Sanxenxo y sin que haya trascendido oficialmente el motivo de su visita a la capital alavesa.

Juan Carlos I abandonó, pasadas las 17.15 horas la casa de su anfitrión, y amigo personal, el regatista Pedro Campos, en Sanxenxo (Pontevedra), donde había estado alojado desde el pasado miércoles.

Desde allí se ha desplazado hasta el aeropuerto de Peinador, en la ciudad de Vigo, donde ha despegado sobre las 18.15 horas poniendo punto final a su estancia de cinco días en el municipio pontevedrés. Juan Carlos I pensaba participar en la Copa del Rey de Vela, aunque finalmente no ha sido posible debido a las condiciones meteorológicas.

El emérito voló así en avión privado hasta el aeropuerto vitoriano de Foronda donde aterrizó sobre las 19.00 horas. Tras bajar las escaleras de la aeronave y dar la mano a dos operarios de pista, se ha introducido en una furgoneta Mercedes y ha abandonado el aeropuerto saludando a los medios de comunicación desplazados al lugar.

De esta manera, el emérito alargará su estancia en España por motivos personales, antes de partir hacia Abu Dabi, lugar donde reside desde 2020.

Durante los últimos años, Juan Carlos I ha visitado en varias ocasiones territorio alavés por motivos personales. Además, en marzo de 2015 mantuvo una comida en Vitoria con el lehendakari, Iñigo Urkullu, y dos años después, en junio de 2017, asistió en Samaniego a la inauguración de la Bodega Rothschild&Vega Sicilia.

 

Video del día

Isabel Díaz Ayuso: El Dos de Mayo muestra un Madrid "resonante"
y una España que nunca se rindió
Comentarios