El discurso de Leonor estuvo marcado por los nervios de la improvisación
La princesa no tuvo tiempo de preparárselo por encontrarse en Zaragoza y dejó entrever cierta falta de aire al finalizar las frases


Leonor ha vuelto a ser de nuevo protagonista en los Premios Princesa de Asturias. La heredera, recién llegada de la Academia General Militar de Zaragoza, no tuvo tiempo de preparase con detalle y tranquilidad el discurso que pronunció el viernes en la entrega de los Premios Princesa de Asturias 2023.
“Leonor no pudo memorizar el discurso y estaba nerviosa. No tuvo tiempo, porque hasta el final tuvo que atender la actividad en la Academia General Militar”, aseguraron a Monarquía Confidencial fuentes cercanas al entorno de La Zarzuela.
Deberes como heredera
Leonor enfatizo, durante la intervención en el Teatro Campoamor, su “compromiso” y "deber" como heredera del trono, y con las "responsabilidades" que trae consigo esta posición a menos de dos semanas de cumplir la mayoría de edad y jurar la Constitución.
La princesa de Asturias arrancó su discurso mencionando todos los últimos acontecimientos que ha vivido y la dificultad de poder expresar lo que siente tras jurar la bandera e iniciado su formación militar, "que me está permitiendo compartir el aprendizaje continuo con personas que han elegido una vida de servicio con grandes exigencias y renuncias personales".
En cuanto a la proximidad de su 18 cumpleaños, el 31 de octubre, resaltó el "honor" que supone para ella jurar la Constitución, insistiendo en "lo que eso significa para mí personal e
institucionalmente”.
Compañeros pendientes
Leonor acudió a Oviedo tras recibir permiso de la Academia General Militar para reunirse con su familia y asistir al acto en Asturias.
Los compañeros de clase de la princesa en Zaragoza estuvieron pendientes de su intervención durante el acto, y de las posteriores apariciones. Así lo confirman fuentes cercanas a la AGM: “Tiene mucha complicidad con algunos, y han estado muy pendiente de ella estos días”, confesaban.
Falta de aire
Monarquía Confidencial ha podido consultar a un especialista en expresión verbal y gestual, Julio García Gómez, sobre el discurso casi improvisado de la dama cadete, quien constata que al principio hubo “cierta fatiga por falta de aire al finalizar las frases, aunque luego fue ganando en firmeza. En la expresión verbal es necesario mantener un control estricto de la respiración para que fluyan las palabras con facilidad.
Regular bien la respiración resulta necesario para que fluya y se proyecten las palabras, además de aportar seguridad a su expresión facial de cercanía, que mantuvo en todo momento.
Mirar a los asistentes
Leonor fue ganando dominio en la expresión verbal según avanzaban los minutos, y logro un cierre de discurso más brillante posible, lo que provocó los más calurosos aplausos de los asistentes.
Además, cuidó de repartir su mirada entre el público para implicarlos en la ceremonia, algo que es una buena táctica y estrategia de comunicación. Mirar a los asistentes, a modo de barrido general, hace que sientan más suyas las palabras, y a la vez permite dar seguridad al que habla, que ve caras positivas de aceptación de sus palabras.
También le ayudó la sonrisa emocionada de sus familiares padres y su hermana.