Sorpresa en Chinchón: los reyes acudieron junto a sus hijas a ver la representación viviente de la Pasión de Cristo

Felipe VI y Letizia dejaron esta semana su agenda vacía para descansar y disfrutar al máximo del tiempo en familia. La tradición de acudir a Mallorca cada Domingo de Resurrección, ya es historia. Hace décadas eran más de diez los miembros que posaban ante las cámaras entre los eméritos, sus hijos, su yerno, su nuera y sus ocho nietos.

Pero poco a poco la foto fue menguando debido a los problemas a los que se enfrentaban, desde el caso Nóos hasta el accidente de Botsuana.

Aunque no había nada confirmado, era presumible, quizás para compensar la falta de esa tradicional imagen en Palma, que Casa Real aprovechara la estancia de Leonor en España para que llevara a cabo distintos actos.

Durante la semana y media que pasó en Madrid el año pasado, la princesa visitó junto a sus padres y su hermana un centro de refugiados ubicado en Pozuelo de Alarcón y después, ya en solitario, un instituto de Leganés para conocer los avances en ciberseguridad. 

Dichos compromisos se han mantenido en secreto para que se fueran desvelando en estos días, pero podían incluir visitas culturales o presentaciones.

Finalmente, la primera de estas actividades ha tenido lugar. Este año, la heredera al trono ha vuelto a dejarse ver en Semana Santa y lo ha hecho para disfrutar con su familia de la Semana Santa de Chinchón, una localidad que vive con especial fervor religioso estas fechas y en la que destaca la representación viviente de la Pasión de Cristo, siendo ésta una de las más famosas de la Comunidad de Madrid y la más antigua, ya que se empezó a realizar en el año 1963.