Jaime Alfonsín, una salida discreta pero cargada de simbolismo

Lo planteó a Felipe VI hace dos años y el rey le pidió que “esperara” a la jura de Leonor. Camilo Villarino tendrá que hacer cambios en la Casa.

Jaime Alfonsín, la princesa Leonor y el teniente general Emilio Gracia Cirugeda (Foto: Alejandro Martínez Vélez / Europa Press).
Jaime Alfonsín, la princesa Leonor y el teniente general Emilio Gracia Cirugeda (Foto: Alejandro Martínez Vélez / Europa Press).
  1. La jura de Leonor
  2. Diez años complicadísimos
  3. Don Juan Carlos
  4. Un momento decisivo: el 3-O
  5. Ha hecho de ‘head hunter’
  6. Invisible
  7. “A descansar”
  8. De la generación del rey
  9. “Lo dejaron tirado”
  10. Viajes internacionales
  11. Tendrá que hacer cambios
Jaime Alfonsín, detrás de los reyes Felipe y Letizia.
Jaime Alfonsín, detrás de los reyes Felipe y Letizia.

El viernes, 19 de enero, una nota de La Zarzuela anunciaba el final de más de treinta años de Jaime Alfonsín al lado de Felipe de Borbón, primero como secretario suyo, siendo príncipe, y ahora como Jefe de la Casa del Rey, y el nombramiento para ese cargo del diplomático Camilo Villarino. Fue en noviembre de 1993 cuando Alfonsín, 37 años, abogado del Estado número uno de su promoción, que había sido fichado por el despacho Uría y Menéndez, donde tenía un futuro prometedor, recibió una llamada desde La Zarzuela para que se convirtiera en acompañante y secretario personal del entonces príncipe Felipe de Borbón, que acababa que comenzar el master en Georgetown. Según fuentes cercanas, Alfonsín “renunció a un cero en su sueldo”

Vino después el nombramiento oficial como secretario del príncipe, veinte años de acompañamiento y apoyo, y, finalmente, en 2014, con la proclamación de Felipe VI como rey de España, el nombramiento como Jefe de la Casa, donde ha permanecido diez años. Hasta el próximo mes de febrero, cuando se producirá oficialmente el cese.

La jura de Leonor

Según ha sabido Confidencial Digital, por personas de su entorno, Alfonsín llevaba algún  tiempo planteando dejar el cargo.

Se ha contado que, en privado, llegó a comentar a otros abogados del Estado, compañeros de promoción, que se sentía “cansado” por la intensa dedicación que exigía dirigir La Zarzuela.

Las fuentes consultadas cuentan que hace dos años, cuando cumplió los 65, teórica edad de jubilación, Alfonsín comentó al rey su deseo de poner fin a los diez años como Jefe de la Casa. Y que Felipe VI le pidió que esperara a que se celebrara la jura de la Constitución por la princesa Leonor, hecho que se produjo el pasado 31 de octubre, ante las Cortes.

En agosto pasado Alfonsín cumplió 67 años, y ahora, por fin, se ha anunciado el cese, que se consumará en febrero.

Diez años complicadísimos

Sobre la figura de Jaime Alfonsín, el principal comentario que se escucha es que ha sido y es una persona absolutamente leal a Felipe de Borbón. Siempre ha estado a su lado, en todo tipo de circunstancias, algunas de ellas difíciles, como la relación y posterior ruptura con Eva Sannum, cuando Alfonsín fue una de las pocas personas que le mantuvo su apoyo y solidaridad. 

Y en otras mucho más felices, como la boda con Letizia Ortiz y los nacimientos de los dos infantas, Leonor y Sofía, y, por supuesto la proclamación como rey, el 19 de junio de 2014, eventos que fueron diseñados y organizados por Alfonsín.

Se insiste en que “ha hecho un trabajo estupendo”. Alfonsín, por su parte, reconoce, en privado, que los diez añosdesde que, en 2014, Felipe VI llegó al trono han sido “complicadísimos”.

 

Uno de los desafíos se ha centrado en la construcción de las difíciles relaciones con un Gobierno en el que habían entrado ministros de Podemos, que llevaban en su  programa la supresión de la monarquía y la proclamación de la república.

Don Juan Carlos

Jaime Alfonsín fue el cerebro principal del proceso de abdicación de Juan Carlos I, y después ese ha sido el problema más duro que le ha tocado gestionar estos años.

La situación del rey emérito, don Juan Carlos, con su salida a Abu Dabi y las complicadas visitas a España que ha ido protagonizando, han provocado muchos quebraderos de cabeza en La Zarzuela. 

Se trata de un problema singularmente complicado porque afecta, no a cualquier persona, sino a alguien que, a la vez, es el padre del actual rey. Y don Juan Carlos, además, está afrontando un exilio que le recuerda que sus padres, y el mismo, padecieron el sufrimiento de tener que vivir fuera de España.

Un momento decisivo: el 3-O

De los diez años al frente de la Casa del Rey, fuentes con acceso a La Zarzuela consultadas por Confidencial Digitaldestacan sobre todo un momento: el discurso que Felipe VI pronunció el 3 de octubre de 2017, dos días después del intento de referéndum ilegal en Cataluña, mensaje difundido por las televisiones y que tuvo una notable audiencia.

Afirman que fue una iniciativa “esencial para la historia de la monarquía”. Y añaden: “Es que ese mensaje fue suyo, de Jaime Alfonsín”. 

Insisten en que aquel discurso constituyó un momento decisivo para el rey, hasta el punto de que se ha considerado ‘el 23-F de Felipe VI’.

Ha hecho de ‘head hunter’

Una vez acordada la salida, a la espera del juramento de la Constitución por la princesa Leonor, en Zarzuela se puso en marcha la búsqueda de nuevo Jefe de la Casa, un proceso que se ha desarrollado sin ninguna prisa, tomando todas las medidas para encontrar la persona adecuada.

Según ha sabido Confidencial Digital, en el trámite de selección ha estado por supuesto, y en primera línea, el propio Jaime Alfonsín, buen conocedor de las características y exigencias de una tarea tan especial como es trabajar al lado y codo con codo con el rey, en un puesto tan delicado.

Las fuentes consultadas han relatado que Alfonsín ha hecho de auténtico ‘head hunter’ en este proceso de búsqueda y fichaje del sucesor.

Invisible

Los jefes de la Casa del Rey suelen durar en el cargo en torno a los diez años, y casi diez años es lo que ha permanecido Jaime Alfonsín. 

Esa tarea, lo mismo que el acompañamiento anterior, lo ha afrontado con discreción, sin aparecer, manteniéndose casi invisible, hasta el punto de ser un gran desconocido para la práctica totalidad de los españoles.

“Alfonsín ha estado a su lado siempre, le ha ayudado a formarse, le ha aconsejado, y le ha dicho siempre lo que pensaba”, resume una persona del equipo de La Zarzuela, que añade también: “Han compartido desde el primer momento los principios éticos y de ejemplaridad que ahora marcan el estilo de la nueva monarquía”. Durante estos años, concluye,“el rey, antes de hacer algo, siempre miraba a Jaime”.

“A descansar”

“A Jaime se le ve encantado y relajado” tras el anuncio de que deja el Palacio de La Zarzuela.  

Así lo cuentan personas cercanas, que han hablado con Jaime Alfonsín estos días y que le han escuchado contar el proceso hasta su salida definitiva de la Casa. 

Les ha confiado que va a dedicarse “a descansar”, después de diez años junto al rey que -como se ha escrito- reconoce que han sido “complicadísimos”.

Cuando se cierra una etapa, cargos de La Zarzuela que han trabajado allí durante años, que conocen al rey Felipe VI, y que han tratado al hasta ahora jefe de la Casa concluyen: “La persona más importante en la formación y preparación de Felipe ha sido Jaime Alfonsín”.

De la generación del rey

En cuanto a la figura del futuro Jefe de la Casa, Camilo Villarino, fuentes cercanas a La Zarzuela destacan, por ejemplo, que es una persona de la generación del rey: tiene 59 años, mientras que Felipe VI va a cumplir 55 años este martes, 30 de enero.

Y se apunta como dato favorable que Villarino haya trabajado con varios ministros, de distintos partidos; pero más aún su labor en Bruselas junto a Josep Borrell, que está considerado un personaje política e intelectualmente preparado, moderado y con sentido de Estado. Se recuerda que estuvo a punto de ser candidato socialista a la presidencia del Gobierno.

Miembros de la Carrera Diplomática describen a Villarino como “profesional, serio”, aunque un poco distante con la prensa. Sabe mucho de la Unión Europea porque antes ya tuvo un cargo allí. 

“Lo dejaron tirado”

Recuerdan también que se había pedido el plácet para ser nombrado embajador en Moscú, con Arancha González Laya como ministra, pero se retiró tras el incidente por la entrada en España de Ghali, el líder del Frente Polisario.

Se presentó entonces una demanda contra Villarino, con la acusación de que se le dio una identidad falsa para entrar en España, y de que había “autorizado” su entrada irregular. En realidad, la orden correspondía al Ministerio de Exteriores y al Gobierno.

Sin el plácet, “lo dejaron tirado. Ninguneado. Se quedó en los pasillos”, recuerdan esos diplomáticos. Hasta que lo ‘recuperó’ José Borrell, y lo nombró su jefe de gabinete en Bruselas.

Viajes internacionales

El rey Felipe VI ya conocía a Villarino, al menos de los viajes internacionales que ha realizado cuando él era jefe de gabinete de los ministros de Exteriores.

La fuentes consultadas apuntan que también ha podido tener relación con el nombramiento la figura de Ricardo Díez Hochleitner, que fue secretario de la Casa del Rey de 2002 a 2011, hasta hace unos días embajador de España en Marruecos, que coincidió profesionalmente con Villarino en Rabat porque entre 2013 y 2017 fue jefe adjunto de Misión en la Embajada.

Tendrá que hacer cambios

Las fuentes citadas asumen que a Villarino le costará un poco acostumbrarse al nuevo cargo, si bien podrá tener cerca a Alfonsín, convertido en consejero especial de Felipe VI. Y también dan por supuesto que irá cambiando cosas, aunque poco a poco, según los ritmos que se acostumbran en la Casa.

Otros analistas, especialistas en cuestiones monárquicas, opinan que resulta conveniente que el Jefe de la Casa sea un diplomático, como lo fueron en su día Fernando Almansa y Rafael Spottorno

Por formación y experiencia, son profesionales que tienen visión política y también internacional, requisitos muy convenientes para ese cargo y teniendo en cuenta el papel del monarca. Estiman que, por el contrario, los abogados del Estado, como es el caso de Alfonsín, mantienen planteamientos más de blanco o negro, y que en general son “más garantistas”.

Felipe VI y Jaime Alfonsín (Foto: José Oliva / Europa Press).
Felipe VI y Jaime Alfonsín (Foto: José Oliva / Europa Press).

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