El 10 de enero de 1601 tenía lugar en España uno de los primeros hechos históricos, y además por partida doble. Por Real Orden emitida el día anterior, la Corte del Reino de España se trasladaba de Madrid a Valladolid. Un solo individuo amasó con esta operación una de las mayores fortunas de la historia: Francisco Gómez de Sandoval-Rojas y Borja (1553-1625), duque de Lerma y valido del rey Felipe III de España.
Con su hijo y sucesor, Felipe III, ocurrió todo lo contrario. Desinteresado por las tareas de gobierno, dedicó por entero su vida a la caza, de todo tipo, sin querer saber nada de política. Y delegó el poder en un valido, que fue el «ilustre» varón supracitado de nombre tan largo.