Así es el restaurante a los pies de la Catedral de Burgos donde Felipe VI se escapó a comer con amigos

El rey acudió por sorpresa con sus compañeros de promoción de la Escuela Naval Militar

El Rey se mostró muy amable y agradecido por el servicio. Firmó en el libro de oro del restaurante y se hizo una foto con los trabajadores. - Foto: Diario de Burgos.
El Rey se mostró muy amable y agradecido por el servicio. Firmó en el libro de oro del restaurante y se hizo una foto con los trabajadores. - Foto: Diario de Burgos.

El pasado fin de semana, Felipe VI visitó Burgos por sorpresa para reunirse en un restaurante con amigos que todavía conserva de la Escuela Naval Militar de Marín. 

Cincuenta y cuatro comensales y el Rey acudieron al Puerta Real, conocido por ser uno de los restaurantes más visitados de la ciudad. Los responsables del servicio ni se imaginaban el famoso integrante que formaba parte del grupo. Tanto es así que, hasta diez minutos antes de comenzar no se comunicó quién llegaba a este céntrico punto de la ciudad. 

"Esto va en serio, no llaméis a nadie. El Rey quiere pasar desapercibido"

Discreción

El dueño del establecimiento, Tasio Benito ha confirmado a Monarquía Confidencial, la sorpresa que se llevó al ver al Rey en su restaurante. "es la primera vez que venía, aunque espero que no sea la última. El lechazo le encantó". Además, antes de su aparición, el jefe de la escolta se presentó en el local y avisó: "esto va en serio, no llaméis a nadie. El Rey quiere pasar desapercibido", asegura Benito.

Por lo que el dueño reunió rápidamente a los camareros para explicarles lo sucedido y tratarlo con naturalidad. 

Los aplausos y los gritos de ¡viva el Rey! se sucedían entre quienes, con una gran sorpresa y sin dar crédito, veían desde la cafetería pasar a don Felipe a tan solo unos metros. «Ha salido un servicio espectacular y se marchó muy contento, nos ha felicitado y nos ha firmado en el libro de oro», comentaba Benito, muy contento tras la importante visita recibida y aún sin acabar de creérselo.

Velada tranquila

Los miembros del grupo charlaron y se hicieron múltiples fotos. Felipe no dudó en degustar todo el 'marisco burgalés', como así se lo presentaron, y disfrutó con la morcilla, el chorizo cocido con vino chacolí y cecina. Se decantó por el lomo de vacuno, pero además de eso tampoco se pudo resistir a probar el lechazo. Y para concluir, de postre, tarta de San Marcos.

Según nos han explicado, el edificio consta de tres plantas: la superior, conocida como el salón de las bóvedas, la segunda planta, salón De San Fernando y la planta de la calle. En este caso, el Rey, junto a sus amigos fueron ubicados en el Salón San Fernando, en una velada íntima, sin más comensales alrededor. 

El Rey no invitó

Cabe destacar que, es frecuente que cuando Felipe VI acude a comidas o encuentros con amigos, cada uno abone lo que ha consumido. Esta vez no iba a ser menos. Y es que, aunque la cuenta la pagó uno de los amigos del Rey, él pagó su parte. Como nos ha asegurado Tasio: "Para él también es un honor". 

 

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