Doña Sofía cambia la mantilla blanca por la negra en el funeral de Benedicto XVI
Ha optado por el color oscuro, pese al privilegio concedido a algunas reinas y consortes de monarcas católicos
La capilla ardiente de Benedicto XVI se abrió el pasado lunes, en la Basílica de San Pedro del Vaticano. Miles de personas, 160.000, han acudido a despedirse del Papa emérito esperando colas de hasta tres horas.
En la víspera de su funeral, ha sido la reina Sofía quien se ha acercado a la sede de la iglesia católica para mostrar sus respetos al que fue Sumo Pontífice entre abril de 2005 y febrero de 2013. Por otro lado, hay que destacar que ha sido una de las primeras en llegar al funeral. Tras ella, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños.
La reina Sofía habla alemán
Ha estado aproximadamente un cuarto de hora en San Pedro y ha podido trasladar su pésame al secretario personal de Benedicto XVI y al cardenal Mauro Gambetti.
Una hora después de la visita de doña Sofía, la capilla ardiente ha finalizado y se ha cerrado el ataúd de madera de ciprés. En su interior se han introducido medallas y monedas acuñadas durante su pontificado, el palio papal y un pergamino.
Según fuentes consultadas por Monarquía Confidencial, se mostró muy predispuesta cuando le ofrecieron presentarse al secretario que ha acompañado a Ratzinger en los últimos años, Georg Gänswein. Nos cuentan que la Reina Doña Sofía accedió y además mantuvo una conversación en un perfecto alemán.
Santa Sede
Además, la Reina se ha desplazado a la Embajada de España ante la Santa Sede, donde ha tenido un encuentro con autoridades y el personal de la Embajada que finalizó con una cena.
La misa funeral tuvo lugar en la plaza de la Basílica de San Pedro, y por primera vez presidida por un Papa, el Papa Francisco, aunque debido a sus problemas de movilidad la ofició el cardenal decano Giovanni Battista Re. Previo a la ceremonia, el féretro fue llevado al atrio de la basílica para rezar un rosario.