Así trabaja el equipo de Seguridad de Zarzuela: tres escalones, audífonos, botones de colores en la chaqueta
Cada acto se planifica en un recinto conocido como ‘el búnker’, donde se deciden recorridos y escoltas
Las medidas de seguridad en la jura de Constitución de Leonor de Borbón fueron extremas. Revisión exhaustiva de las cámaras, trípodes y todo el material de los profesionales gráficos de los medios de comunicación formaron parte del protocolo llevado a cabo por la policía y el equipo de seguridad de Casa Real.
Tuvieron que dejar todos los bultos en el suelo del patio del Congreso para que los perros detectores de explosivos los inspeccionaran.
Junto a los agentes uniformados, se movían otros muchos vestidos de paisano. Algunos lucían la chapa de la Unidad Central de Protección de la Policía Nacional, que provee de escoltas a la Comisaría Especial de la Casa del Rey, a la Comisaría de la Presidencia del Gobierno y a las comisarías del Congreso y del Senado.
Todo este despliegue de seguridad impidió que en las inmediaciones Congreso de los Diputados se reuniera público para ver el paso de Leonor y poder vitorearla. La mayoría se concentraron desde muy temprano en la Puerta del Sol, para seguir el acto en las pantallas gigantes que se colocaron allí.
Entrada y salida de militares
Junto al despliegue policial, la otra nota llamativa la ofrecieron los militares. Músicos de Infantería de Marina fueron los encargados de tocar el himno de España en la ceremonia. Llegaron muy temprano a la Carrera de San Jerónimo para ensayar y colocarse en el lugar reservado a la banda de música.
Hubo un continuo trasiego de militares del Ejército de Tierra, el Ejército del Aire y la Guardia Real. En algunos pasillos era habitual cruzarse con miembros de la Escuadrilla de Honores del Ejército del Aire, con los fusiles máuser, o con otros militares con sus guiones y banderas de España.
Accesorios identificativos
Monarquía Confidencial pudo saber que los escoltas de Zarzuela portaban en la solapa de sus americanas pequeñas ‘chapas’, que ellos denominan botones, de color azul claro, que les sirven para identificarse entre ellos. . Se dedujo que ese color había sido elegido por tratarse del color del escudo de armas de la princesa de Asturias, pero fuentes cercanas al entorno de Palacio consultadas por este diario explicaron que no fue así.
El botón identificativo de los escoltas se decide para cada ocasión, y se cambia de un acontecimiento a otro, por motivos de seguridad. La planificación y elección corresponde cada vez al jefe de seguridad de Zarzuela.
“Antes de que se celebre el acto de que se trate, se celebra un briefing donde se especifican todas las informaciones”, explican las fuentes consultadas.
“Existen varios colores y formas. Ahora es hexagonal, pero cada x años se rediseña y se utiliza otro para identificarse entre ellos internamente”, confirman desde el entorno de Zarzuela.
La seguridad de los miembros de la Familia Real se distribuye en “tres escalones”, de menor a mayor proximidad a los reyes y sus hijas. Cada uno tiene su cometido en función de esa cercanía y de los itinerarios que les encomienden.
‘Búnker’
Además, en la planificación de cada evento se especifican detalles sobre la vestimenta que deben llevar los escoltas según su ubicación.
Dentro del complejo de La Zarzuela, un grupo reducido se reúnen con el mando superior de la operación, en un edificio de acceso restringido o únicamente permitido para ellos, conocido entre ellos como “el búnker”. Allí se perfila el protocolo de actuación, de manera confidencial, y posteriormente se traslada a los escoltas encargados de ese acto.
Se explica a quién le toca cubrir ese servicio concreto, la relevancia que tiene, se detallan recorridos, puntos de cobertura… También se especifica quienes portarán el famoso maletín-pantalla, una especie de portatrajes que se despliega en caso de necesidad para blindar y cubrir a la personalidad en peligro.
Un grupo reducido de ellos utiliza audífono, una herramienta para comunicarse entre ellos con el fin de proteger al rey y su familia.
