La Zarzuela resiste

Como es habitual en este tipo de instalaciones, se trata de refugios preparados incluso para una amenaza nuclear, bien procedente de un enemigo externo, bien originada por fallos en instalaciones españolas.

Diego Torres, principal imputado en el caso Noós junto con Iñaki Urdangarín, había anunciado que disponía de 200 'bombas atómicas' contra La Zarzuela y la monarquía. Eran sus famosos e-mails secretos, que por lo visto entregó el sábado en su totalidad al juez Castro. O sea, que esa concreta amenaza nuclear se ha cumplido.

¿Y qué contienen las supuestas bombas atómicas? Vistas una tras otra, de lo publicado se concluye que más bien se trata de cohetes de feria. Muy ruidosos algunos, por supuesto, pero que al final, una vez apagado el primer resplandor, lo único que queda es un flaco palitroque chamuscado.

En fin, que no parece que estas bombas vayan a derruir La Zarzuela.

Por cierto que ese complejo ha acreditado ya una notable capacidad de resistencia frente a peligros nucleares, de las que hasta el momento ha ido saliendo indemne.

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No se trata de hacer ahora un recuento completo, pero a la memoria vienen amenazas que en su momento parecían definitivas, como las acusaciones en torno al 23-F, o los episodios y denuncias que protagonizaron José María Ruiz Mateos, Mario Conde y Javier de la Rosa.

Por cierto, estos tres últimos acabaron en la cárcel. El destino que tal vez le espera igualmente a Diego Torres. Y, en ese caso, posiblemente también a Iñaki Urdangarín.