Cumpleaños en el volcán

El semanario utiliza la palabra "volcán" aludiendo, lógicamente, a las erupciones volcánicas que ha sufrido la isla canaria. Pero, subliminal o subconscientemente, apunta también a la complicada coyuntura personal e institucional que afronta el heredero en estos momentos.

Con el estallido del caso Urdangarín, las aguas no bajan precisamente tranquilas en el seno de la familia real. Las consecuencias del escándalo van a repercutir en la valoración de la monarquía, y uno de los afectados es precisamente el príncipe.

Hay un primer impacto, que es la conmoción que sufre la propia familia real en su condición de familia. Con dos 'sectores' diferenciados: quienes, ante el problema, sitúan como prioridad el interés y salvaguarda de la institución; y quienes, por el contrario, valoran antes la custodia y defensa de los vínculos familiares.

Dejando fuera a los duques de Palma, como principales protagonistas y afectados, en el primer sector estaría el rey don Juan Carlos, y con él su hijo y heredero. En el segundo, doña Sofía y su hija mayor, la infanta Elena.

El volcán ha estallado, pues, en el entorno familiar. Pero también tiene características de tal el tremendo impacto en los medios de comunicación, y por tanto en la sociedad.

Y existe un paso más en la pretendida erupción volcánica que afronta al heredero: el volcán de la sucesión. Que no es pequeño reto.

Un periódico titulaba estos días que el príncipe Felipe ha cumplido los años, 44, que su padre tenía cuando hubo de 'parar' el intento de golpe de Estado. Algo que, lógicamente, no figura en el currículo de su hijo y sucesor. Y a lo mejor le va a hacer falta.

 
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