El piercing de Letizia

La semana pasada, el programa de Ana Rosa Quintana presentó unas imágenes en las que aparecía Letizia Ortiz en un acto público. Aparecía con la boca abierta… y algo extraño en su lengua. Allí se adivinaba un objeto redondo y oscuro. ¿Sería un piercing?

El objeto estaba allí, de eso no cabía duda. De ahí que alguien considerara legítimo montarla. Nada de llamadas para descubrir la verdad. Quita, quita. Se trataba precisamente de eso: de generar confusión y, por ende, lograr un piquito de audiencia.

¿Habría decidido la Princesa de Asturias adoptar esta última tendencia de atrezzo personal? ¿Llevaría en la boca un pendiente incómodo que no quería perder? Y así, hasta el infinito.

Pues va a ser que no. Se trataba de un simple caramelo balsámico, que intentaba aliviar la irritación de garganta de Letizia Ortiz que, minutos después, debía pronunciar un discurso.

Esto es lo que hay.

 
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