El ojo morado del rey

La comitiva oficial ocupó uno de los barcos, y en el otro nos encontrábamos los periodistas. Don Juan Carlos se dio cuenta de que, con aquella disposición, a la hora de disparar las cámaras los fotógrafos iban a encontrarse a contraluz, es decir, con los objetivos mirando al sol. Así que dio instrucciones para que se modificara la situación para hacer posible su trabajo. La anécdota puede servir para explicar que don Juan Carlos es un viejo aficionado a la fotografía. Desde hace muchos años. Y que conoce algunos de sus secretos. También por eso le sorprendió y desagradó la publicación de una imagen suya en la que supuestamente aparecía con un moratón en el ojo: el ojo izquierdo lucía una sombra que parecía un hematoma, lo cual, lógicamente, podía suscitar todo tipo de comentarios. Un rey con el ojo morado es noticia. La realidad era que esa sombra solamente se apreció en una de las fotografías, no en todas las demás del mismo acto, ni más tarde en la cena oficial que ofreció el monarca al presidente de Chile. La Zarzuela aseguró que don Juan Carlos no se había dado ningún golpe, ni esas sombras eran producto de ningún tipo de operación, y envió otras fotos del mismo acto en las que no se percibía nada extraño en su rostro. Todo indicaba que se había producido un efecto óptico. A pesar de lo cual, la imagen se publicó, y fue incluso portada en un diario nacional. Ayer, don Juan Carlos se refirió a esa historia, aunque con apariencia de broma, mientras esperaba la llegada de la presidenta de Irlanda al Palacio Real. Se dirigió a los fotógrafos para comentar que no sabía por qué tomaban tantas imágenes, que él nunca ve, porque las que se publican son aquellas en las que le han retocado “la nariz”. No habló concretamente del ojo, y del supuesto moratón, pero todos le entendieron.

 
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