Estuvieron en su primer besamanos

La madurez de la princesa Leonor frente a la tímida infanta Sofía

La heredera prestó más atención a su padre Felipe VI durante el discurso a los diputados y senadores. Su hermana pequeña la dejó pasar al subir la escalera de la Puerta de los Leones

Los reyes con la princesa Leonor (izquierda) y la infanta Sofía (derecha).
Los reyes con la princesa Leonor (izquierda) y la infanta Sofía (derecha).

La apertura solemne de las Cortes Generales que presidió el rey ofreció la oportunidad de ver a la princesa Leonor y a la infanta Sofía en un acto de gran calado político al que acudían por primera vez y en el que dejaron algunos detalles de su personalidad en este tipo de compromisos.

La asistencia de las hijas de los reyes a este acto que dio inicio de forma solemne a la legislatura parlamentaria fue en sí misma excepcional: nunca había pasado que Leonor y Sofía acudieran a un acto oficial en un día de clase, ya que sus apariciones son contadas, limitadas al desfile de la Fiesta Nacional del 12 de octubre, la Misa de Pascua en Palma y las vacaciones de verano en Marivent.

Poco a poco, la princesa de Asturias y su hermana pequeña van adquiriendo soltura a la hora de aparecer en público de una forma menos dependiente de sus padres los reyes.

Eso es algo que se pudo ver en la apertura solemne de las Cortes. Vestidas, como en el desfile del 12 de octubre, con vestidos cortos y manoletinas por el buen tiempo de Madrid, Leonor y Sofía estuvieron en todo momento cerca la una de la otra, andando detrás de sus padres prácticamente pegadas.

Ya en el camino desde el coche hasta la Puerta de los Leones del Congreso, las dos saludaron con la mano a los ciudadanos que vitoreaban a los reyes desde las ventanas y los balcones de ese tramo de la Carrera de San Jerónimo.

Aunque ambas se mantuvieron muy correctas, se percibe una mayor madurez en Leonor: por un lado, es dos años mayor que su hermana (once años, por nueve de Sofía), y por otra empieza a ser consciente de lo que supone ser princesa de Asturias y por tanto, heredera de la Corona.

Las personalidades de las hijas de los reyes

Por ejemplo, durante el discurso de Felipe VI en el hemiciclo del Congreso, a la princesa Leonor se la vio prestar más atención a su padre, mirándole como hacía su madre la reina Letizia. Por contra, la infanta Sofía miraba más hacia delante.

Estos signos de madurez de Leonor se mostraron con un detalle durante el breve desfile que la compañía de honores de los tres ejércitos y de la Guardia Civil realizar al final del acto. Cuando iba a pasar la bandera de España, el rey hizo un gesto a Leonor, que inclinó ostensiblemente la cabeza y la mantuvo así unos segundos ante la enseña nacional. La infanta Sofía lo hizo después, al ver que también lo hacía la reina Letizia, y de forma más apresurada.

La hija menor de los reyes también es consciente y ha aprendido la posición preponderante que tiene Leonor como heredera de la Corona. Eso se pudo ver cuando subieron las escaleras para entrar al Palacio de las Cortes.

Si bien habían ido antes andando a la par, muy juntas, en ese momento Sofía que iba un poco delante se paró y dejó que pasara Leonor, para ir después ella un escalón por detrás.

 

La hija menor de los reyes reveló una aparente timidez mayor que la de su hermana, al menos en actos públicos de este tipo. Mientras caminaba por la Carrera de San Jerónimo con Leonor y con la reina Letizia, que les iba haciendo indicaciones, la princesa de Asturias sonreía mucho más abiertamente, mientras que Sofía parecía algo más retraida por la solemnidad del acto y las aclamaciones de los ciudadanos.

El primer besamanos para Leonor y Sofía

Además de estrenarse en un acto netamente político como esta apertura solemne de las Cortes, Leonor y Sofía también se estrenaron este 17 de noviembre en su primera besamanos: no estuvieron, por ejemplo, en el larguísimo besamanos de la proclamación de Felipe VI.

Ahí se pudo ver a la reina Letizia muy atenta de que sus hijas se colocaran correctamente. Algunos diputados y senadores tuvieron algunos gestos de cariño con la princesa y la infanta. También Manuela Carmena, con la que han coincidido ya en dos desfiles de la Fiesta Nacional: por si acaso, la reina Letizia les hizo un gesto para que la reconocieran.

En este besamanos, Leonor y Sofía se encontraron un pequeño problema de protocolo. Al ir a saludarlas un obispo, tuvieron un momento de duda. Normalmente son las otras autoridades quienes las saludan a ellas e incluso hacen una pequeña inclinación, pero en este caso sus padres habían inclinado un poco la cabeza mientras alzaban la mano del prelado. De ahí que Leonor hiciera un amago a medio camino entre ambos gestos.

Una vez que terminó el acto, Leonor y Sofía se dirigieron a su coche, distinto del de los reyes. Como ya ocurrió por primera vez en el pasado desfile del 12 de octubre, se pudo ver que el vehículo que traslada a la princesa y a la infanta lleva un banderín con el escudo heráldico de Leonor, y también una matrícula con el azul de la princesa de Asturias.

Ahí también se pudo ver que cada vez más Leonor asume su papel, ya que al sentarse en su asiento siguió saludando con la mano tras el cristal de la ventanilla del coche.

Máxima seguridad: francotiradores y fusiles de asalto

Todo el acto en el Congreso bajo la presidencia del rey Felipe se desarrolló bajo unas fortísimas medidas de seguridad: no en vano, España continúa en alerta antiterrorista nivel 4, de un máximo de 5.

Además de agentes antidisturbios de las Unidades de Intervención Policial (UIP), que controlaban los accesos al perímetro alrededor del Palacio de las Cortes, de policías especializados en control de subsuelo (que registran las alcantarillas), de agentes de paisano, de policías municipales y de guías caninos con perros detectores de explosivos, había algunos otros policías de élite.

Se trataba de efectivos del Grupo Especial de Operaciones, los conocidos como GEOs. En distintas azoteas y tejados de la Carrera de San Jerónimo y de la Plaza de las Cortes se apostaron policías de esta unidad: con prismáticos vigilaban la zona de posibles amenazas, que habrían neutralizado con los fusiles de francotirador.

Además, también a pocos metros de la Puerta de los Leones, a pie de calle estaban colocados uno y en ocasiones dos agentes de los GEOs, con su boina granate, protegido por un grueso chaleco antibala y armado con un potente fusil de asalto.

Recientemente los GEOs adquirieron fusiles de asalto HK-417: tal y como se contó en ECD, estas armas de mayor calibre que las habituales tiene mayor poder de parada y con capaces de perforar chalecos antibala. Su adquisión se debe a la mayor amenaza yihadista, ya que los terroristas también se arman y se protegen cada vez mejor.

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