Los corrillos de la reina en la reunión del Club Bilderberg
Es una de las actividades de la reina que no trasciende públicamente. Pero es quizá uno de los actos de su vida privada que más le apasiona. Se trata de la reunión del Club Bilderberg, el conocido como “Gobierno del mundo en la sombra”. Su último encuentro se ha producido este fin de semana en Copenhague. Vea una fotografía de doña Sofía en el hotel donde se ha celebrado el cónclave.
Según han explicado a Monarquía Confidencial personas que conocen los movimientos de la reina en este selecto club mundial, lo más destacado de la participación de doña Sofía en el encuentro de este año en Cophenague ha sido, como casi siempre, su interés e inquietud por la política y el sistema de conexiones global del planeta.
Intercambio de impresiones
Doña Sofia ha tenido la oportunidad de compartir confidencias estos días con líderes de todo el mundo. Los asistentes, unos 130, son jefes de Estado y de gobierno, ministros de economía, banqueros centrales, economistas, administradores delegados de las principales multinacionales, jefes de Estado Mayor y directores de las redes televisivas y editoriales más importantes de Europa y América del Norte.
Allí se le ha visto, por ejemplo, charlar en algún corrillo con la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, o con Tom Enders, director general de Airbus. Uno de esos corrillos, a la salida del Hotel Marriot de Copenhague, fue capturado en la fotografía que acompaña esta noticia.
Estrictas medidas de seguridad
Pero lo que si resulta verdaderamente complicado es conseguir una imagen de la reina en estas reuniones. Han sido contadas las ocasiones en las que se ha logrado obtener una instantánea de doña Sofía en los muchos años que ha participado en los encuentros del Club Bilderberg.
Hasta el momento, solo se le había podido retratar en las dos ediciones que han tenido lugar en España. En 1989, en el balneario de La Toja (Pontevedra), y en 2010 en Sitges (Barcelona).
Las reuniones del Club Bilderberg se celebran en medio de extremas medidas de seguridad, dada la vertiente política de muchos de los participantes, pero también por la condición de personalidades de casi todos ellos. El país anfitrión se compromete a garantizar un amplio perímetro de seguridad. Dentro de ese perímetro sólo podían entrar las personas que eran residentes en la zona, previamente identificadas.
Los periodistas, las cámaras y los micrófonos, están absolutamente prohibidos en el perímetro del establecimiento. Los encuentros se desarrollan siempre en un clima de secretismo propio de sociedades más o menos cerradas.
