Tonga intenta giros democráticos para salvar el país
Se trata de un lejano archipiélago al este de Australia. 169 islas de piedra caliza y coral que representan la última monarquía del Pacífico. Su rey pretende occidentalizar el país para conseguir un cambio positivo en la riqueza del país, aunque resulta curioso ya que las tres cuartas partes de la tierra y los monopolios existentes, corren a cargo de la familia real.
El nuevo rey tiene el poder desde hace tan solo un año. George Tupou V alcanzó el trono cuando su padre, el rey Jorge, de 88 años de edad, moría hace dos. Nada que ver el padre con el hijo. El nuevo monarca es un “occidental”. Un señor educado en Oxford, con fino acento inglés y que acostumbra a pasear por la ciudad en un taxi británico. De gustos exquisitos, aseguró el día de su coronación que trabajaría para que el país se modernizara, aunque esto supusiera una pérdida de control y de ganancias para él.
El rey Jorge disponía de una impresionante cartera de propiedades. Una agencia independiente de Australia en el 2006 publicó que el monarca poseía la empresa eléctrica de todo el país, una compañía de cerveza, la mitad del petróleo sin explotar, una compañía de telefonía móvil, otra de televisión y los derechos del nombre del dominio de internet del país. Los habitantes, justo en el lado contrario de la balanza. Los lugareños se dedican en su mayoría a la agricultura y la pesca y muchos de ellos se encuentran bajo el umbral de la pobreza marcada por la OMS.
El nuevo rey ha comenzado a realizar reformas, con renovada visión de negocio y siguiendo ejemplos occidentales. Pretende dar un giro al PIB del país, que se ha estancado con el casi nulo crecimiento del 1% al año, solo un tercio del crecimiento que experimentan su vecina isla Samoa o las también cercanas islas Cook.
