Los reyes de Holanda pasan la prueba de la celebración de la Cumbre de Seguridad Nuclear

Los soberanos de los Países Bajos han superado con creces su asistencia a un compromiso institucional de primer nivel esta semana. La cena ofrecida en honor a los asistentes de la Cumbre de Seguridad Nuclear ha situado en el punto de mira a Guillermo y Máxima estos días, que estuvieron a la altura de las expectativas y se ganaron la simpatía de sus invitados.


Los reyes de Holanda durante su saludo con Obama.
Los reyes de Holanda durante su saludo con Obama.

Desde que el rey Guillermo fue proclamado soberano de los Países Bajos en abril de 2013, sucediendo a su madre, la princesa Beatriz, en el trono, su agenda se ha intensificado notablemente.

Al igual que Guillermo de Holanda, Máxima también ha tenido que asistir a partir de entonces a un elevado número de actos como reina consorte.

En su primer año de reinado, los soberanos no sólo han tenido que hacer frente a una apretada agenda de compromisos institucionales en su país. También han realizado una extensa por gira por el extranjero en la que los reyes de Holanda han mantenido encuentros con las principales autoridades de Alemania, Reino Unido, Dinamarca, Suecia o España, entre otros destinos.

Esta semana, los soberanos de los Países Bajos han superado un nuevo reto. Guillermo y Máxima ejercieron de anfitriones en una cena ofrecida con motivo de la celebración de la Cumbre de Seguridad Nuclear en La Haya, uno de los compromisos de mayor envergadura al que han tenido que asistir desde que se convirtieron en reyes.

Los soberanos recibieron a los más de cincuenta líderes mundiales que a principios de la semana asistieron a esta convención. El banquete nocturno tuvo lugar en el palacio Huis ten Bosch, y Guillermo y Máxima acudieron acompañados por el primer ministro holandés, Mark Rutte, y el ministro de Asuntos Exteriores, Frans Timmerman.

Máxima se convirtió en el centro de atención

Los reyes no dejaron indiferente a ninguno de los asistentes, especialmente Máxima, que acaparó la atención de los invitados durante el saludo previo a la celebración de la cena.

La esposa del soberano Guillermo hizo gala una vez más de la simpatía y elegancia que le caracteriza, llegando incluso a ganarse la confianza de Obama.

Una de las anécdotas más destacadas transcurrió durante el saludo oficial entre los jefes de Estado y de Gobierno y los reyes. A excepción de la canciller alemana Angela Merkel, que se dirigió a Guillermo, los asistentes no despegaron la mirada de la reina Máxima durante el recibimiento.

 

La prensa alaba a los reyes

La cena, transcurrida en un ambiente cercano y cordial, ha provocado nuevas alabanzas para los soberanos de los Países Bajos.

La prensa se ha volcado en apreciar la naturalidad que la que actuaron Guillermo y Máxima durante el encuentro, que se han visto reforzados en su papel al frente de la jefatura de Estado tras el éxito de la reunión mantenida con los líderes mundiales.


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