Durante el homenaje a las víctimas del atentado en Barcelona

Felipe VI logra acercar a Rajoy con Puigdemont y Pedro Sánchez

Consiguió una conversación a tres bandas: la inició con el presidente de la Generalitat, se sumó el jefe del Ejecutivo y finalmente hizo un hueco al líder del PSOE

El rey Felipe VI asistió al acto de homenaje a las víctimas del atentado en Barcelona que se celebró la mañana de este jueves en la Plaza Cataluña y en el que coincidió con los principales cargos políticos e institucionales.

En un respetuoso minuto de silencio, el rey se situó en el centro y en primera fila, con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a su derecha, y el presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, a su izquierda.

También estuvo la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, la presidenta del Parlament de Cataluña, Carme Forcadell y algunos representantes del Gobierno de España como la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría o el Ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido.

Además, estuvieron representantes de los principales partidos políticos, empezando por sus líderes: Pedro Sánchez (PSOE), Pablo Iglesias (Podemos) y Albert Rivera (Ciudadanos), así como los altos cargos de las diferentes formaciones en Cataluña.

Al terminar el minuto de silencio el rey comenzó una conversación con Carles Puigdemont y Mariano Rajoy se sumó a los pocos instantes, formando un corro entre el jefe del Estado, el presidente del Gobierno y el presidente de la Generalitat.

La conversación fue bastante fluida, aunque el que llevaba el peso de la misma era el jefe del Ejecutivo catalán. Felipe VI hizo de intermediario entre ambos y propició que acercaran posturas para la reunión que mantendrían después ambos dirigentes.

También se encontraban observando la conversación, pero sin intervenir, el presidente del Partido Popular en Cataluña, Xavier García Albiol, y el consejero de Asuntos Exteriores, Relaciones Institucionales y Transparencia de la Generalitat de Cataluña, Raül Romeva.

A todo esto, el líder del PSOE, Pedro Sánchez, conversaba junto a ellos con el vicepresidente de la Generalitat de Cataluña, Oriol Junqueras. Y en un momento dado, quiso unirse a la conversación entre Felipe VI, Rajoy y Puigdemont.

El rey y el presidente del Gobierno le hicieron un hueco y la conversación paso a ser a cuatro bandas: jefe del Estado, presidente del Gobierno, líder de la oposición y presidente de la Generalitat de Cataluña.

Pese a las diferencias entre los tres líderes, el rey ejerció su papel de árbitro para propiciar un encuentro entre ellos, muy necesario tras el atentado de Barcelona, y en el que todos pudieron intercambiar sus posiciones por un bien común.

 

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