CARLOS HUGO EN LA HISTORIA DE ESPAÑA

La tergiversación de la Historia y su manipulación por ambiciones personales son fenómenos frecuentes. Con el debido respeto a los difuntos y a quienes honradamente creen mantener unos ideales dignos, quien estas líneas subscribe debe manifestar el rechazo a la puesta en escena fúnebre con la se despide a S.A.R. el Duque de Parma, Carlos Hugo, recientemente fallecido en Barcelona. Que el féretro aparezca envuelto en la bandera de España y bajo la boina tradicionalista no deja de ser la ratificación última de una ambición injustificable históricamente, mantenida durante años por Don Javier de Borbón Parma y sus hijos, que pretendieron ver reconocidos unos inexistentes derechos a la Corona española, bien autodeclarándose herederos legítimos y defensores de la extinguida Dinastía carlista, bien jugando a presentarse como una de las opciones que podía considerar el Jefe del Estado, Francisco Franco, a la hora de hacer realidad las previsiones contenidas en la Ley de Sucesión de 1947, posibilidad con la que el ahora fallecido Carlos Hugo actuó durante años en la década de los 60.

Una finalización digna de su trayectoria histórica hubiese sido ejercer las funciones propias del Jefe de la Casa de Parma dejando de lado una pretensión sin sentido desde hace muchos años y que carece de base que la legitime.

Con respeto al Tradicionalismo español, que merece que se profundice en su revisión historiográfica, nuestro deseo de que descanse en Paz el difunto Duque de Parma.

 
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