Nicolas Sarkozy se llevó a su suegra, la madre de Carla Bruni, a la recepción que les ofreció Isabel II en Windsor

Como es usual en las visitas de jefes de Estado al Reino Unido, la reina Isabel II y el Duque de Edimburgo ofrecieron una cena de gala –en este caso para 160 personas- en el Salón de San Jorge del castillo de Windsor al presidente de la República Francesa Nicolas Sarkozy y a su esposa. Todos los ojos estaban puestos en la primera dama francesa, que estrenaba así, nada menos que en la muy ceremoniosa Corte de Saint-James, su alta condición.

La sorpresa ha constituido que a esa cena de Estado, donde los invitados eran el Príncipe de Gales y la Duquesa de Cornualles, el Duque de York, el Conde de Wessex, la princesa Ana y su marido el vicealmirante Timothy Laurence, el Duque de Gloucester, el Duque de Kent, el príncipe Miguel de Kent y su esposa, y todo el séquito de políticos y diplomáticos del presidente Sarkozy, acudiera como invitada la pianista Marisa Borini-Tedeschi, madre de Carla Bruni, que sustituyó a la madre de Sarkozy, Andrée Mollah, conocida como Dadu, anciana de 81 años que estaba previsto que acudiera al viaje, acompañada de sus dos nietos Jean y Pierre. Finalmente Dadu no acudió por razones de salud, pero había que ver a Mme. Borini-Tedeschi en primera fila junto al impávido canciller Bernard Kouchner.

Una sorpresa protocolaria más que no sabemos si habrá asombrado también a Monsieur Jean-Pierre Asvazadourian, jefe de protocolo francés, también invitado a la cena. Pero parece evidente que esta visita, que duró exactamente 36 horas, estaba destinada a romper moldes, como ya los ha roto el propio Sarkozy en Francia y fuera de ella en los prolegómenos de su sonada boda.

Alguien debería haberle explicado a Madame Sarkozy que la consorte de un presidente de la República Francesa, y por tanto esposa de un jefe de Estado, no debe hacer reverencia alguna ante otro jefe de Estado por mucho que ésta sea Su Graciosa Majestad Británica, la reina Isabel II de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte. Sin embargo, cuando Carla Bruni Sarkozy –como quiere ser llamada-, ataviada con un atuendo de Chanel, con sombrero incluido, que ha sido comparado con el estilo de Jackie Kennedy e incluso con el de Audrey Hepburn, saludó a la Reina, dejó estupefacto a más de uno al realizar un auténtico “faux pas”, una tímida reverencia de corte ante la soberana. Ésta, no obstante elogió el vestido de Carla comparándolo con los que ella llevaba en la posguerra.

Estas cortesías de una dama ante una reina deben hacerse doblando profundamente la rodilla izquierda, dando la mano, mirando a la cara y sin que la columna pierda la vertical. No fue así la reverencia de Madame Sarkozy pero, en todo caso, no correspondía reverencia alguna. ¿Que hará cuando salude al Rey de España o a cualquier otro monarca reinante? Adjuntamos, en el idioma original, la lista de los invitados franceses a Windsor:

The following had the honour of being invited: Suite of The President of the French Republic and Madame Nicolas Sarkozy:

Monsieur Bernard Kouchner (Secretary of State for Foreign and European Affairs), Madame Rachida Dati (Secretary of State for Justice), Madame Rama Yade (Under-Secretary of State for Foreign Affairs and Human Rights), Madame Nicole Ameline (Member of Parliament and Chairperson of the France-United Kingdom Parliamentary Group of the National Assembly), Monsieur Jean-Léonce Dupont (Senator and Chairman of the France-United Kingdom Parliamentary Friendship Group of the Senate), His Excellency Monsieur Maurice Gourdault-Montagne (Ambassador from the French Republic), Monsieur Jean-David Levitte (Diplomatic Advisor to The President), Monsieur Jean-Pierre Asvazadourian (Head of Protocol), and Madame Marisa Borini-Tedeschi.

Amadeo-Martín Rey y Cabieses