Las sutiles armas de Isabel II para evitar las 'salidas de tono' del Duque de Edimburgo

La reina Isabel II de Inglaterra distrae con sutiles comentarios a su marido, Felipe de Dinamarca y duque de Edimburgo, cuando está al borde de hacer un comentario vergonzoso. Así lo desvelan los diarios de Chris Mullin, Presidente del Partido Laborista Parlamentario, que se acaban de hacer públicos.

 

FOTOGRAFÍA: IPAPRESS

En sus escritos, Mullin rememora un día de 2003 en el que tuvo el placer de conocer a la Reina y a su marido, conocido por sus salidas de tono y equivocaciones extrañas. Se trataba de un acto del Consejo Británico (British Council en inglés). David Green, su director general, acababa de dar su discurso y Mullin estaba al lado del príncipe Felipe y de un grupo de mujeres inglesas.

“Cuando Green terminó, el Duque subrayó: “Ese discurso contenía más jerga que cualquiera que haya escuchado en toda mi vida”. No contento con eso, el marido de Isabel II se volvió hacia las mujeres y comenzó una discusión. Dijo: “¿Sois profesoras, verdad? ¿Podéis decirme que significaba todo eso?”, explica Mullin. Una de las mujeres le respondió: “No, no somos profesoras. Capacitamos y motivamos a los estudiantes”. “¿Motivar a los estudiantes? Eso no me suena a inglés”, saltó el Duque.

En ese momento es cuando, según Mullin, la Reina entró en escena. Viendo la que se avecinaba, Isabel II señaló vagamente el balcón y le dijo a su marido: “Mira: la cerámica”. El Duque se quedó perplejo, pero dejó su discusión a medias.

El año pasado, el Duque de Edimburgo se refirió al turismo como “prostitución nacional” durante un viaje a Eslovenia. Poco antes, le dijo a un estudiante británico en China que si seguía allí por mucho tiempo, volvería a casa con los ojos rasgados. Además, entre otras salidas, les preguntó a unos aborígenes australianos que si todavía usaban lanzas.

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