Enrique de Orleans, conde de París, se casa hoy por la iglesia ante la indiferencia de sus hijos y familiares

Enrique de Orleans, conde de París y aspirante al trono de Francia, de 76 años, se casa hoy por la iglesia con Micaëla Cousino Quiñones de León, su esposa civil desde 1984, una unión que no cuenta con el beneplácito de la familia hijos y hermamnos- que no acudirán mañana a los esponsales.

 

FOTOGRAFÍA: IPAPRESS

El matrimonio se oficiará esta mañana en la localidad vascofrancesa de Arcangues en presencia de unos 300 invitados, entre ellos miembros de la realeza europea, pero en ausencia de la mayor parte del clan de los Orleans, que desaprueba la boda, afirma el diario conservador "Le Figaro". Sólo dos sobrinos del conde de París acudirán a la ceremonia, en la que no estará ninguno de los cinco hijos de su primer matrimonio con la duquesa Marie-Thérèse de Wurtemberg, que se celebró en 1957. Ninguno de ellos aprueba que su padre se una religiosamente con la mujer a la que consideran responsable del divorcio del aspirante al trono por la rama orleanista.

La familia ya desaprobó la decisión de Enrique de acabar con su matrimonio con la princesa alemana en 1984, año en el que el conde de París comenzó una batalla legal para lograr del Tribunal de la Rota la nulidad de aquella unión. Treinta y cuatro años ha tardado el aspirante al trono de Francia en obtener del Vaticano la anulación de aquella boda, paso imprescindible para poder pasar por el altar. El Vaticano concedió la nulidad en noviembre pasado y el 14 de febrero llegó de La Rota el visto bueno a la boda religiosa con Micaëla Cousino Quiñones de León.

"Es la coronación de nuestro amor tras 34 años de paciencia (...) Ha sido un camino largo y penoso", declaró Enrique de Orleans a "Le Figaro", al tiempo que restó importancia a la ausencia de su clan: "Estaremos acompañados de los miembros de la familia que comprenden nuestro compromiso". Entre los invitados figurarán, según el diario, el príncipe Alexandre de Bélgica y su esposa, algunos embajadores y miembros de la comunidad cultural.

Más allá del conflicto familiar, "Le Figaro" se pregunta por las motivaciones del Vaticano para aceptar la nulidad del matrimonio tras un largo proceso jurídico que el rotativo asegura que costó al heredero unos 7.000 euros. Descartado como motivo el fracaso de la unión conyugal, puesto que el matrimonio con Marie-Thérèse de Wurtemberg dio como fruto cinco vástagos, el rotativo apunta que el Tribunal de la Rota pudo dar por buenos los argumentos de Enrique de Orleans, que aseguraba que su primera boda fue el fruto de una unión obligada por motivos políticos.

El conde de París alega en sus memorias que en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, Francia y Alemania se aprestaban a sellar la reconciliación con una unión regia. Para apuntalar este argumento, Enrique de Orleans presentó ante La Rota cartas del entonces presidente francés, Charles de Gaulle, que consideraba la boda como "un gran evento nacional". Una tesis que su padre negó con ferocidad hasta su muerte en 1999 y que continúan considerando falsa tanto sus hermanos como su primera esposa.

Las desavenencias familiares no rompen la línea sucesoria, que designa a Jean -segundo de sus hijos, ya que François, el primogénito, es deficiente mental- como heredero de los derechos dinásticos de la rama de los Orleans. Esta familia reclama el trono de Francia al igual que los Borbones, cuyo aspirante es Luis Alfonso, hijo del duque de Cádiz.

 

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