El interminable aplauso de doña Sofía

La reina Sofía presidió el sábado, en la catedral de Toledo, un concierto de la orquesta y coro del Teatro Real, que interpretó el Réquiem de Mozart, acto con el que se abre el tramo final del Año del Greco.

Asistieron personalidades como el presidente del Senado, la presidenta de Castilla-La Mancha, el obispo auxiliar, el secretario de Estado de Cultura, el Fiscal General, el alcalde de Toledo, Mario Varga Llosa el cardenal Carlos Amigo... La velada fue un gran éxito. Tanto, que los aplausos se prolongaron durante muchos minutos, de forma casi interminable. Y la causante de esa circunstancia fue doña Sofía, que, encantada por lo que había escuchado, no cesaba de aplaudir, lo que arrastraba a su vez al resto de la concurrencia. Hasta que la reina no paró, no cesó la larguísima ovación.


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