Zarzuela cambió también el protocolo en la recepción al Cuerpo Diplomático por el estado del rey

La recepción del rey al Cuerpo Diplomático, que tradicionalmente se celebra en el Palacio Real en el mes de enero, tuvo este año algunas novedades, derivadas de la convalecencia que aún observa el Monarca por la intervención quirúrgica de hace un par de meses. La Zarzuela introdujo cambios en el protocolo habitual.

Al Monarca se le vio algo mejor que hace un par de semanas cuando hizo su primera aparición en un acto público tras la operación, con motivo de la Pascua Militar.

El acto, celebrado ayer, se hizo más breve, para lo cual, por vez primera, la ceremonia no comenzó, como era habitual, con el saludo a los reyes y a los Príncipes de Asturias, que iban haciendo de cada uno de los embajadores de los países acreditados en España a medida que eran llamados en voz alta por el jefe de protocolo de la Casa del Rey.

Sentados

Sólo pasaron a saludar el Nuncio de Su Santidad, Renzo Fratini, como decano del Cuerpo Diplomático, y una veintena de personas: miembros del Gobierno, entre ellas el presidente, Mariano Rajoy, y el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, con sus respectivas esposas, así como un reducido número de altos cargos de Presidencia y de Exteriores.

El resto de los embajadores o encargados de Negocios esperaron a los miembros de la familia real de pie, en el Salón del Trono, donde tuvieron lugar los discursos del rey y del Nuncio.

También se vio reducido el número de invitados, que pasó de 200 a unos 150, ya que sólo hubo un representante por país, aunque podía acudir con acompañante. Una decena de embajadores nombrados en los últimos tres meses y que aún no han tenido ocasión de presentar cartas credenciales, entre ellos el de Francia y el de Italia, y no pudieron asistir, porque el protocolo no lo permitió.

Don Juan Carlos entró en el Salón del Trono utilizando un par de muletas, que entregó después a uno de sus ayudantes, y siguió las palabras del Nuncio sentado en un sillón, lo mismo que la reina doña Sofía, y los príncipes don Felipe y doña Letizia.

El vil atentado

Después, se instaló un atril en el cual, ya de pie, pronunció el rey su discurso, con alusiones a la situación económica y a recientes conflictos internacionales, como el de Malí.

 

Como anécdota, don Juan Carlos, que leía su discurso en letras mayúsculas, confundió la palabra “VIL” con un “VII” en números romanos, de tal forma que condenó el “séptimo ataque terrorista llevado a cabo en Ain Amena”, en lugar del “vil ataque terrorista llevado a cabo en Ain Amena”.

Por último, el rey ofreció una copa a los asistentes, lo que dio oportunidad a algunos de los embajadores de conversar con él e interesarse por su recuperación. No obstante, aquí tampoco estuvo don Juan Carlos mucho tiempo. Después de una media hora, se retiró, mientras la reina y los príncipes se quedaban un poco más para atender a los miembros del Cuerpo Diplomático.

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