Alberto II y su esposa Paola, los grandes ausentes en la Primera Recepción anual presidida por los reyes Felipe y Matilde de Bélgica
Los soberanos belgas han ejercido de anfitriones esta semana con motivo de la celebración de la tradicional Primera Recepción del Año. El acto adquirió una expectación mayor que la generada en anteriores ocasiones por ser la primera vez que Felipe y Matilde asisten como reyes.
Ha tenido que transcurrir casi un mes para que la familia real de Bélgica celebre la Primera Recepción Anual en el Palacio Real de Bruselas.
Esta recepción, ofrecida a las principales autoridades políticas y personalidades más relevantes del país, tiene como acto central el discurso del monarca, que tras la abdicación de Alberto II en julio de 2013, este año le correspondió pronunciarlo a Felipe de Bélgica.
Por primera vez desde que fue investido rey el año pasado, el soberano belga pronunció este tradicional mensaje ante los invitados asistentes al encuentro, y en el que no olvidó realizar una especial mención a su padre, Alberto II.
Felipe de Bélgica recordó al que fuera rey de los belgas durante veinte años al comienzo de su discurso, en el que continuó posteriormente aludiendo a la Primera Guerra Mundial, de la que en 2014 se cumple su centenario, y finalizando su mensaje con unas palabras sobre la situación actual que atraviesa Bélgica.
La Recepción Anual contó con dos grandes ausentes. Alberto II y su esposa, la reina Paola, padres de Felipe, no estuvieron presentes en este encuentro.
En ausencia de los antiguos monarcas de los belgas, sí asistieron, en representación de la institución, la princesa Astrid y su esposo, el príncipe Lorenzo, y el príncipe Laurent.
