“De las bodas reales salen bodas reales”. Alberto de Mónaco pone fin a su larga soltería con la sudafricana Charlene Wittstock

A sus cincuenta y dos años de edad, el príncipe Alberto de Mónaco ha decidido poner fin a su soltería, anunciando su próximo matrimonio con Charlene Wittstock. La futura sucesora de la princesa Gracia es una sudafricana nacida en Zimbabue, veinte años más joven que su prometido.

Wittstock es, además, nadadora profesional, miembro del equipo de relevos 4x100 de los Juegos Olímpicos de Sydney, prueba en la que la escuadra sudafricana terminó en quinta posición. Por su relación con Alberto de Mónaco, comenzada en 2006, la joven prometida del soberano monegasco no pudo tomar parte en los Juegos Olímpicos de Pekín. Wittstock también ha posado como modelo.

La asistencia de Charlene Wittstock junto a Alberto de Mónaco a la boda de la princesa Victoria de Suecia con Daniel Westling, el pasado fin de semana, rompió con el protocolo previsto, pues la relación nunca se había dado por oficial y Wittstock no ha tomado parte en actos de familia en público con los Grimaldi, si bien sí ha asistido en más de una ocasión al Baile de la Rosa. A raíz de su aparición en Estocolmo, se cruzaron quinielas sobre si se anunciaría el compromiso matrimonial, y así ha sido.

Alberto de Mónaco, que ha reconocido ser padre de dos hijos de madres distintas, deja de ser el soltero por excelencia de las monarquías europeas.

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