La Reina Sofía, acompañada por su hermana Irene de Grecia, presidió los Premios BMW de Pintura

Delicados momentos para la Familia Real por las revelaciones que Corinna Larsen está haciendo en 'Corinna y el Rey', un podcast de ocho capítulos - de los que ya hemos podido escuchar cuatro - en los que, además de contar al detalle su relación con el Rey Juan Carlos, está haciendo un retrato del Emérito que no le deja precisamente en buen lugar. 

Pero al margen de sus polémicas declaraciones sobre el padre de Felipe VI (al que tacha entre otras lindezas de llevar una triple vida, de tener más de una personalidad, de corrupto o de pasarse el día bebiendo vino), también han levantado una gran polvareda sus palabras sobre Doña Sofía, con quien describe un presunto encuentro en el Palacio de la Zarzuela en el que la Reina la miró furiosa y le dijo que "sabía quien era". 

Además, acusa a la Emérita de liderar la supuesta campaña de 'desprestigio' que sufrió tras el accidente de Don Juan Carlos en Botsuana, asegurando que era "capaz de salir a destrozar la imagen de otra mujer a la que percibía como una especie de rival" y que estaba detrás de insultos como "asesina de elefantes" o "bruja malvada".

Acusaciones a las que la Reina Sofía prefiere hacer oídos sordos, como ha demostrado reapareciendo con su mejor sonrisa en una de sus citas favoritas, la entrega de la 37º edición de los Premios BMW de Pintura en el Teatro Real de Madrid. Acompañada por su hermana Irene de Grecia - uno de sus grandes apoyos - y de lo más elegante con un kimono bordado en tonos burdeos, top de seda en lila y pantalón oscuro de terciopelo, la monarca ha entregado uno de los galardones artísticos más prestigiosos del momento en una noche única en la que coincidió con numerosas celebrities y en la que dejó claro que está completamente al margen del controvertido podcast de Corinna Larsen.