La princesa Leonor se volcó con su abuela doña Sofía en la confirmación de su hermana

Zarzuela agotó la paciencia de los periodistas: sabía que la celebración comenzaría a las 12:45 y convocó a los medios tres horas antes

La Infanta Sofía ha hecho la Confirmación arropada por sus padres, la Princesa Leonor, la Reina Sofía y sus abuelos maternos.
La Infanta Sofía ha hecho la Confirmación arropada por sus padres, la Princesa Leonor, la Reina Sofía y sus abuelos maternos.
  1. Un día especial
  2. Padrino el rey Felipe VI
  3. Sin restricciones ni aforo limitado
  4. Gestos cariñosos
  5. Las dos abuelas
  6. Periodistas enfadados 
Todos los gestos cariñosos que han pasado desapercibidos en la confirmación de la Infanta Sofía.
Todos los gestos cariñosos que han pasado desapercibidos en la confirmación de la Infanta Sofía.

La Confirmación ayer, jueves, de la hija menor de los reyes, la infanta Sofía, fue escenario de unas significativas escenas de proximidad entre la heredera, la princesa Leonor, y su abuela, la reina doña Sofía.

A las puerta del templo, la parroquia de la Asunción de Nuestra Señora, en Aravaca, cuando los miembros de la familia se preparaban para entrar pero antes iban a posar delante de los medios, Leonor tomó de la mano a doña Sofía y le acompañó a ocupar su lugar en el grupo.

Una vez terminada la sesión de fotos, el princesa entró en el templo junto con su abuela, a la que arropaba con el brazo sobre su espalda.

Este momento recuerda otros gestos del pasado menos acogedores, y en concreto las escenas a la salida de la Misa de Pascua en Palma de Mallorca, cuando doña Letizia se interpuso para que no se tomaran fotografías de doña Sofía con Leonor, y esta última se quitó del hombro, de forma brusca, el brazo de su abuela.

Un día especial

Con todo, la principal protagonista fue la Infanta Sofía, que ayer vivió uno de los días más especiales de su vida. Al igual que ocurrió con su hermana la princesa Leonor hace dos años, la hija menor de los reyes recibió la Confirmación junto a sus compañeros del colegio Santa María de Los Rosales. 

La ceremonia se celebró en la parroquia de la Asunción de Nuestra Señora, en Aravaca, en la que donde tanto ella como su hermana recibieron en su día la Primera Comunión, un lugar al que la Familia Real llegó ayer luciendo la mejor de sus sonrisas minutos antes de las 12.30 horas.

Padrino el rey Felipe VI

Sofía estuvo arropada en un momento tan importante, no solo por sus padres y su hermana, sino también por la reina Sofía y por los padres de doña Letizia, Paloma Rocasolano y Jesús Ortiz, este último acompañado de su mujer, Ana Togores. 

Su padre, el rey Felipe VI, se mostró en todo momento pendiente de su hija, buscando su complicidad, ya que, además, él fue su padrino de confirmación.

No es la primera vez que don Felipe actúa como padrino de confirmación, porque ya lo hizo con doña Letizia, en vísperas de la boda, cuando ella recibió ese sacramento antes de contraer matrimonio.

 

Sin restricciones ni aforo limitado

A diferencia de la Confirmación de Leonor, que se celebró en 2021, cuando todavía estaban vigentes las restricciones del Covid, por lo que era obligatorio el uso de mascarilla y se aplicaban restricciones en los aforos, en esta ocasión la hija menor de los Reyes ha podido contar también con la presencia de sus abuelos, doña Sofía y Jesús Ortiz y Paloma Rocasolano. 

Según la organización de la ceremonia por parte del colegio Rosales, además del núcleo más cercano, cada alumno podía ir acompañado de otros cinco familiares.

No asistió el rey Juan Carlos, que sigue en Abu Dabi, aunque, según ha sabido Monarquía Confidencial, en este día significado llamó por teléfono a su nieta para felicitarle.

Gestos cariñosos

La celebración reunió de nuevo en público a los reyes con doña Sofía, con la que, además de los ya relatado protagonizado por Leonor, se pudieron ver muestras de cariño que reflejan la buena sintonía que ahora prima en la familia. 

Desde el punto de vista exterior, lo más comentado fueron los looks de la infanta Sofía y la princesa Leonor, llamando también mucho la atención la cercanía que mostraron la reina Letizia y doña Sofía, algo que en otros momentos no se había visto.

En esta ocasión, se comportaron con naturalidad como si se hubiesen olvidado de la presencia de los medios de comunicación. 

Las dos abuelas

Mostrándose de forma natural y como si no hubiese nadie alrededor, al terminar, Paloma Rocasolano y doña Sofía abandonaron la parroquia de la Asunción de Nuestra Señora muy cómplices.

Las dos abuelas de la Infanta Sofía se pararon en la puerta y charlaron durante unos minutos, demostrando así una buena relación personal. Se les pudo ver cogidas de la mano y con gestos cariñosos, unas imágenes que hacía tiempo que no se producían.

También la reina Letizia sorprendió cuando doña Sofía le cogió del brazo para apoyarse, mientras compartía una conversación desenfadada con ella y con Paloma Rocasolano. Mostrando ante las cámaras complicidad y cordialidad, frente a antiguas diferencias que han podido existir, las tres abandonaron el lugar de esa forma.

Otro de los momentos se produjo cuando la infanta Sofía dio un efusivo abrazo a la actual mujer de su abuelo, Ana Togores, con la que parece tener una relación estrecha a pesar de que ella siempre se ha mantenido en un segundo plano respecto a los medios de comunicación.

Periodistas enfadados 

No obstante, no fue un día idílico para todos; no, al menos, para los periodistas que se desplazaron para cubrir informativamente el acontecimiento, y que esperaron la llegada de los reyes y sus hijas a la iglesia.

Un día antes de que se confirmara la celebración, algunos periodistas recibieron información “privilegiada” sobre la hora concreta en que debían acudir a la iglesia, con el fin de cubrir previamente diferentes acciones relativas a la seguridad. 

Desde un primer momento, la hora fijada para la celebración fue las 12:00 del mediodía, por lo cual a las 10:30 horas como muy tarde, debían presentarse los miembros de los medios de comunicación que iban a estar presentes. 

Más tarde, les llegó a la confirmación, de que la celebración sería, no a la hora prevista, sino 45 minutos después, es decir, las 12:45. El aviso “colmó” la paciencia de varios periodistas, que llevaban bastante tiempo haciendo guardia. 

“No entiendo por qué nos convocan casi tres horas antes, si desde el primer momento Zarzuela conocía la hora exacta”, protestaba una periodista. 

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