El Gobierno de Colombia considera “una anécdota” la polémica de Felipe VI con la espada de Simón Bolívar

No le da ninguna importancia a que el monarca no se haya levantado ante el sable del libertador. En el país solo hay referencias a la bronca política que se ha montado en España

Los principales dirigentes políticos de España han valorado los hechos ocurridos el pasado domingo cuando el Rey Felipe VI, en la investidura de Gustavo Petro, primer presidente de izquierdas en sus 200 años de historia, no se levantó ante la entrada de la espada de Simón Bolívar.

Ese día, Gustavo Petro exigió que la espada militar de Simón Bolívar, figura destacada de la guerra de la independencia de Sudamérica en el siglo XIX, tuviera un lugar destacado en la ceremonia.

Unidas Podemos y varios independentistas fueron los más beligerantes sobre lo sucedido. Pablo Echenique, portavoz del partido morado calificó el hecho de una “falta de respecto al pueblo colombiano”. Otros, como el diputado de ERC, Jordi Salvador, dieron un paso más y calificaron al Rey como “un impresentable digno heredero de muchos representables”.

Desde la otra parte del Gobierno, varios ministros socialistas han quitado importancia al tema. El ministro de Cultura, Miquel Iceta, ha declarado que es una “polémica veraniega” y ha añadido que considera “disparatado” que España tenga que pedir disculpas. Además, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, destacó la “enorme cordialidad” que presenció entre el Rey Felipe VI y el nuevo presidente de Colombia.

Por parte de la oposición, el portavoz adjunto ‘popular’ Jaime de Olanoha señalado que el rey cumplió “estrictamente” el protocolo, y reseñó su sorpresa porque la mitad del Ejecutivo “se dedique a criticar” al jefe del Estado. Por otro lado, dirigentes de Vox como Juan Luis Steegmann afirmaron que esa espada “estaría todavía manchada de sangre de españoles”.

Como se puede ver, el suceso ha sido motivo de debate en los últimos días en España, y se ha comentado en numerosos programas de televisión y radio. Sin embargo, apenas ha habido referencias a la reacción del Gobierno de Colombia.

Ninguna importancia

Confidencial Digital se ha puesto en contacto con varios asesores del gobierno colombiano para pedir una valoración de lo sucedido. La primera reacción ha sido evitar comentar la cuestión. El ejecutivo colombiano no quiere fijar posición.

De hecho, al cierre de edición, la jefa de prensa de Gustavo Petro no había contestado a las preguntas de ECD sobre el gesto de Felipe VI y sobre si esa actitud podría provocar alguna erosión en la relación de Colombia con España.

Pero al ser preguntado por este silencio por parte del gobierno de Colombia, un asesor presidencial ha confirmado a ECD que el ejecutivo de Gustavo Petro no le quiere dar ninguna relevancia al hecho, que consideran “una anécdota”. Además, explican que en estos momentos tienen un gobierno que poner en marcha y están centrados en las tareas de “su programa político”.

 

Hay que recordar, efectivamente, que la primera presidencia de izquierdas de la nación de Colombia ha aprobado en las primeras horas al frente del país varias medidas relevantes: un proyecto de ley que cerrará la puerta al fracking en todo el territorio nacional y un cambio en el criterio de las inversiones para poner en primer lugar las regiones más pobres.

También se está trabajando en la normalización de las relaciones con Venezuela y se ha dado orden “de desmantelar todas las nóminas paralelas” de las entidades públicas y eliminar el gasto superfluo.

Símbolo importante, pero no oficial

La espada de Simón Bolívar guarda un cierto poder simbólico para el gobierno de Gustavo Petro. Este sable fue robado en la noche del 17 de enero de 1974 por un comando del M-19, guerrilla urbana en la que militó Petro en su juventud. Cuando el grupo llegó a un acuerdo de paz con el entonces presidente Virgilio Barco, la espada fue devuelta al ejecutivo.

Petro vio esta arma por primera vez cuando se la enseñó el presidente saliente Iván Duque, en un encuentro protocolario, y ahora le ha querido dar un mayor protagonismo. Por ello, según han reportado periodistas locales, ha quedado expuesta para que cualquier ciudadano la vea durante la visita al palacio presidencial.

Además, el líder del Gobierno colombiano compartió un perfil publicado sobre este símbolo en El País en el que se calificaba a la espada de Simón Bolívar como un símbolo de “la independencia”, pero donde no se mencionaba en ningún momento a Felipe VI.

No obstante, el símbolo anticolonial no es considerado parte de la simbología oficial como otros elementos, por lo cual, no era necesario que el monarca se levantara, según han detallado expertos en protocolo.

Escaso recorrido

La posición de Felipe VI de no levantarse ante la espada de Simón Bolívar ha tenido un escaso recorrido en los medios de comunicación colombianos estos días. La cobertura de los periodistas locales sobre este tema se ha referido exclusivamente aun tema sobre España, recogiendo las declaraciones de los diferentes partidos políticos anteriormente mencionadas.

Un corresponsal en Madrid de una de las radios más escuchadas en Colombia ha relatado a Confidencial Digital que, uno de estos días, cuando describía a los compañeros de su país la reacción de los partidos políticos españoles sobre este tema, la respuesta ha sido de estupefacción y “jocosa”, sorprendidos de que “todavía se siga hablando de este tema”.

Otro ejemplo. María Antonia Pardo, exjefa de prensa de Gustavo Petro, ha valorado lo sucedido en sus redes sociales y ha declarado “que la pelea en Twitter España” por este conflicto estaba siendo “mucho más divertida” que una polémica local que ha saltado al mismo tiempo por el chocoramo (un tipo de dulce) y el salchichón.

Política interna

El único conflicto que ha provocado en Colombia este símbolo es de lectura interna. El nuevo presidente, candidato del Pacto Histórico, quería haberle dado a la espada un destacado peso.

Para ello contrató una póliza de seguro que debía blindarla en caso de riesgo y se habilitó una urna de cristal especial donde debía viajar, con los permisos administrativos y el recorrido exacto que debía seguir. No obstante, un día antes y por sorpresa, el expresidente Iván Duque anunció que, por problemas de seguridad, no iba a prestar la espada para el acto.

Por ese motivo, la espada del líder anticolonial no formaba parte del programa oficial del acto. Para poder utilizarla ese día, Gustavo Petro necesitaba haber jurado su cargo de presidente. Y así fue. Nada más confirmarse la jura, se ordenó el traslado, se esperó media hora y llegó la citada espada al acto.

Palabras de Felipe VI y Juan Carlos I sobre Simón Bolívar

Basta revisar la página web de la Casa Real, para encontrar referencias positivas de Felipe VI y Juan Carlos I en discursos oficiales a la figura de Simón Bolívar.

En el año 1991, cuando el Rey era Príncipe de Asturias, en una cena de gala en Colombia, el monarca definió al dirigente político como un hombre “que fue pionero de la preocupación por la cultura, la educación, la moral y el medio ambiente” y que puso los cimientos de un gran sueño: “el sueño de la unidad iberoamericana”.

Posteriormente, el entonces príncipe, añadió que “salvados obstáculos nacionalistas”, le llenaba de satisfacción comprobar cómo se estaba “cada vez más cerca” del mensaje “integrador” que dio Simón Bolívar “en el Congreso Constituyente de Bolivia, el 25 de mayo de 1826”.

Don Juan Carlos tuvo también varias referencias a Simón Bolívar a lo largo de su reinado, llegando a participar en tres homenajes al libertador entre 1976 y 1983. En la última ceremonia, le definió de esta manera: “Simón Bolívar es para nosotros, ante todo, la figura que resume con carácter egregio lo más positivo de aquellos forjadores de nuestra historia común”.

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