Memorándum de la Casa Blanca

Las confidencias que Juan Carlos I hizo al presidente de Estados Unidos en 1976

En su reunión con Gerald Ford y Henry Kissinger, afirmó que la Transición “podría ir más rápida” y que estaba animando a los partidos para agruparse en grandes formaciones

El rey Juan Carlos (segundo por la derecha) en el Despacho Oval de la Casa Blanca en 1976.
El rey Juan Carlos (segundo por la derecha) en el Despacho Oval de la Casa Blanca en 1976.

Se cumplen 40 años del primer viaje que Juan Carlos I hizo como rey a Estados Unidos. En ese mes de junio de 1976 el monarca tuvo oportunidad de reunirse en la Casa Blanca con el presidente Gerald Ford y con el influyente secretario de Estado Henry Kissinger, con los que habló con sinceridad sobre el proceso de Transición política que daba en esos momentos sus primeros pasos.

Habían pasado sólo seis meses desde su nombramiento como rey de España a la muerte de Franco cuando don Juan Carlos hizo su primer visita oficial al extranjero. Tras pasar por República Dominicana, llegó a Estados Unidos.

En Washington el rey tuvo oportunidad de pronunciar un discurso desde la tribuna de oradores del Congreso. Se trató de una intervención de gran calado político, en la que Juan Carlos I dejó claro su compromiso con contribuir a que España concluyera el tránsito de la dictadura franquista a la democracia.

A la vez que se cumplió hace unos días el segundo aniversario de la abdicación del rey, también se conmemoró otro aniversario: los 40 años de esa visita a Washington.

La Transición “podría ir un poco más rápido”

Además de acudir al Capitolio, don Juan Carlos pasó también por la Casa Blanca, donde tuvo oportunidad de charlar en confianza con el entonces presidente de los Estados Unidos, Gerald Ford.

En la biblioteca digital en honor al 38º presidente del país se puede encontrar un documento poco conocido: se trata del memorándum de la conversación en la que participaron el rey, Ford, el ministro de Asuntos Exteriores español José María de Areilza, el asesor del presidente para Asuntos de Seguridad Nacional Brent Scowford, y el secretario de Estado, el influyente Henry Kissinger.

Este documento fue primero clasificado y después desclasificado hace unos años. Contiene las notas tomadas sobre la charla que mantuvieron en el Despacho Oval, y en la que hablaron de política internacional, como los inicios de la guerra civil en el Líbano y la postura de Siria, así como las elecciones en Italia y la transición política en Portugal.

Pero además, el rey aprovechó para expresar de forma directa sus opiniones sobre cómo estaba evolucionando la propia Transición en España. Si bien aseguró que en nuestro país todos los actores políticos estaban de acuerdo en realizar una evolución sin rupturas bruscas, también confió al presidente Ford y a sus colaboradores su opinión.

“Creo que podría haber ido un poco más rápido”, opinó en esa conversación don Juan Carlos. Aunque a continuación explicaba también por qué el proceso de apertura estaba siendo lento, y apuntaba que los medios de comunicación no estaban colaborando en ese proceso.

Agrupaciones de partidos para ser más grandes

El rey también explicó en qué punto estaba el proceso para permitir la participación de los partidos políticos en unas elecciones libres. Según los datos que tenía en junio de 1976 -cuando aún no se habían legalizado- Juan Carlos I, había más de 150 “mini grupos políticos”, en pleno eclosión de partidos.

 

“Les estamos diciendo que deben unirse”, le contó el rey a Gerald Ford, para que así que formaran grandes partidos políticos y no una disparidad de formaciones que fragmentara en exceso el mapa político y la futura configuración del Parlamento.

Don Juan Carlos hizo también una reflexión sobre cómo estaba transcurriendo la salida de la dictadura de Franco en comparación al final de la dictadura de Primo de Rivera. “Las elecciones nacionales van a ser antes que las municipales”, explicó el rey, para a continuación apostillar que el “error” de su abuelo Alfonso XIII había sido precisamente el convocar elecciones municipales el 12 de abril, que provocaron la proclamación de la Segunda República y su marcha al exilio.

En ese encuentro en junio de 1976, cuando aún no había destituido a Arias Navarro y nombrado a Adolfo Suárez, el rey explicó al presidente de Estados Unidoa que las elecciones generales serían en ese otoño y las municipales la próxima primavera. Los plazos fueron muy distintos: las generales en junio de 1977 y las municipales ya en abril de 1979.

Don Juan Carlos comentó otros temas: dijo que en las negociaciones para entrar en la Comunidad Europea Suecia, con el socialdemócrata Olof Palme al frente del gobierno, estaba poniendo pegas al ingreso de España.

El presidente Gerald Ford también quiso conocer la opinión del rey sobre el proceso político de Portugal, que después de la Revolución de los Claveles de 1974 que derribó la dictadura, preocupaba a algunas potencias occidentales por su deriva izquierdista. El rey remarcó esa preocupación, pero se mostró convencido de que la situación en Portugal se reconduciría.

Destaca también el comentario de Juan Carlos I sobre los sindicatos: el rey iba a ver a George Meany, un líder sindical “anti-comunista”. Ahí indicó que el problema en España es que los grandes sindicatos, como Comisiones Obreras, estaban influenciados por el comunismo.

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