Carlos Enrique de Borbón Parma, el hijo holandés de seis años del heredero carlista a la Corona de España

Su padre ya le está educando en los “principios dinásticos”, centrados en “el servicio a los españoles, la libertad, la lealtad y la defensa de sus legítimos derechos”

Tiene solo seis años, pero, según su familia, debería ser quien ocupe la sucesión el trono de España en lugar de la princesa Leonor. Así lo cree y lo reivindica Carlos Javier, su padre y actual jefe de la casa de Borbón-Parma, príncipe de Piacenza y de los países Bajos, emparentado, aunque por un vínculo muy lejano, con el rey Felipe VI.

Sin embargo, Carlos Enrique, su tercer hijo tras dos niñas, no es todavía consciente de lo que su figura representa: para los carlistas es el auténtico Príncipe de Asturias. Sus padres, Carlos Javier de Borbón-Parma, y la periodista holandesa Ana María Gualthérie van Weezel, se lo irán explicando con el tiempo.

Carlos Javier ya le está educando en los «principios dinásticos», centrados en el servicio a los españoles, la libertad, la lealtad y la defensa de sus legítimos derechos. La familia vive en Holanda, pero el príncipe Carlos Javier viaja con frecuencia a España. 

¿Quiénes son los carlistas?

En 1830 Fernando VII derogó la ley sálica con la promulgación de la pragmática sanción para que su hija primogénita, la reina Isabel II, pudiera reinar. De no haberse producido ese cambio, el hermano de Fernando, Carlos María Isidro, habría sido el legítimo rey de España. Por eso, consideró la decisión de Fernando VII un auténtico ataque a sus derechos sucesorios, alegando que su hermano había acabado con la ley sin el concurso de las Cortes.

Los partidarios de la sucesión de Carlos, los carlistas, han continuado su lucha hasta hoy y no dudaron en sublevarse contra la corona, una reivindicación que acabó con tres guerras carlistas, durante el siglo XIX. Es un movimiento político de carácter tradicionalista.

Casi dos siglos después de la derogación de la Ley Sálica, Carlos Javier de Borbón-Parma es la cabeza visible de esa reclamación del trono, que considera que ninguna mujer debe ocupar, pero la lleva a cabo de manera pacífica. Las cosas han cambiado mucho en dos siglos. La ley española no reconoce su aspiración al trono.

De 52 años, casado desde 2009 en la abadía de la Cambre, en Bruselas, a su boda asistieron representantes de otras casas reales, como el príncipe Lorenzo de Bélgica, el Duque de Braganza y el príncipe Juan de Luxemburgo, además de la familia real holandesa.

Carlos Javier y Ana María tienen tres hijos: Luisa, Cecilia y Carlos Enrique. Este último encarna el futuro de esa reivindicación: es el heredero de la Casa de Borbón-Parma. El nacimiento de Carlos Enrique supuso un alivio para todos los carlistas, tras dos hermanas. Aunque Carlos Javier ya tenía un hijo de una relación anterior, Carlos Hugo Klynstra, éste había nacido fuera del matrimonio.

Batalla judicial

Sin embargo, al cumplir 18 años, el joven decidió comenzar una serie de batallas legales para optar a los apellidos, el estatus –quizá también la herencia– que le corresponden por nacimiento. La ley holandesa le dio la razón. Hoy es Su Alteza Real el Príncipe Carlos Hugo Roderik Sybren de Borbón-Parma.

 

El futuro Duque de Parma está emparentado con la familia real de Holanda. Su abuela paterna es la princesa Irene, hermana de la princesa Beatriz, y el rey Guillermo, primo hermano de su padre, fue su padrino de bautismo, en una ceremonia católica celebrada en Parma en 2016, a la que asistieron también la reina Maxima y sus tres hijas.

Los Duques de Parma residen en Holanda, pero Carlos Javier de Borbón-Parma nunca ha perdido sus estrechos vínculos con España, adonde viaja de forma habitual para encontrarse con empresarios o políticos, y de cuya vida diaria está puntualmente informado.

Relación cordial con los reyes de España

El Duque de Borbón-Parma tiene relación con los reyes Felipe y Letizia, con los que ha coincidido en eventos familiares y cuando han viajado a Holanda, aunque no mantiene una relación estrecha con ellos.

Su padre, Carlos Hugo de Borbón Parma, nació en París, pero estuvo vinculado toda su vida a España, donde se instaló en 1956. Era descendiente directo de Felipe I de Parma, hijo de Felipe V de España, primer rey Borbón de España –al igual que la casa real española– y fundador de la Casa Real y Ducal de Borbón-Parma.

Inició una actividad política con la pretensión de ser nombrado sucesor de Franco a título de rey, en lugar de Don Juan Carlos y fue fuente de múltiples tensiones con el régimen franquista, que expulsó a toda la familia Borbón Parma en 1968. Más tarde, participó en la vida política de nuestro país durante la Transición, aunque luego se alejó de ella, al no conseguir ningún escaño. Falleció en 2010.

En marzo de 1978 había declarado no tener ninguna pretensión de aspirar a la Corona española. Estaba separado desde hacía treinta años de la princesa Irene de Holanda, que tuvo que renunciar a sus derechos dinásticos y convertirse al catolicismo para casarse con él, lo que causó un enorme escándalo: el parlamento holandés dio el visto bueno a la boda de la princesa, segunda en la línea de sucesión.

Tras el divorcio, Irene y sus cuatro hijos, Carlos Javier, Jaime, Margarita y Carolina, fueron declarados aristócratas de los Países Bajos mediante un decreto especial que les permitía también utilizar el título de S.A.R. Príncipe o Princesa de Borbón-Parma.

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