Pujol recuerda en sus 'Memorias' el "Tranquilo Jordi, tranquilo" de don Juan Carlos

El ex presidente catalán Jordi Pujol recuerda, en su segundo volumen de memorias, las circunstancias del Golpe de Estado en que el Rey le pidió tranquilidad. También cuenta como Múgica le propuso en 1980 sustituir a Suárez por un militar. Después de publicar en 2007 el primer volumen de sus memorias, la próxima semana Pujol presentará la segunda y penúltima parte de sus recuerdos, "Memòries II. Temps de construir (1980-1993)" (Editorial Proa). En este segundo volumen aborda sus primeros 15 años en el Govern, con referencias al 23-F, al caso Banca Catalana, a los Juegos Olímpicos de 1992, a su obra de gobierno y a sus relaciones en CiU.

 

 

 FOTOGRAFÍA: IPAPRESS

Pujol fue informado de la entrada de Antonio Tejero en el Congreso por su secretaria, Carme Alcoriza, y Lluís Prenafeta, que estaban escuchando la radio. Recuerda que habló con el capitán general de Cataluña, Pascual Galmés, quien le confirmó: "algunos militares me dicen que para superar la situación podría salir la propuesta de formar un Gobierno de unidad presido por un militar de tendencia democrática". "Entonces recordé mi conversación con Múgica", apunta. Al final, Pujol se decidió a llamar al Rey y es en este punto en el que explica la conocida conversación que mantuvieron entonces, su versión del "Jordi, tranquil":

- JP: "Majestad, ¿qué ocurre?"

- Rey: "Estoy hablando con los militares. No ocurrirá nada. Tranquilidad".

Efectivamente, en 1980, el dirigente socialista Enrique Múgica le propuso, en la "obsesión" del PSOE por hacer caer a Adolfo Suárez, sustituir al entonces presidente del Gobierno por un militar de "mentalidad democrática". En un momento de grave crisis política por la debilidad de la UCD, Pujol ha revelado que recibió a finales en verano de 1980, en su casa de Premià de Dalt (Barcelona), a Enrique Múgica, entonces destacado dirigente socialista, que posteriormente llegó a ser ministro y hoy es el Defensor del Pueblo. Según Pujol, la visita tenía por objeto "preguntarme cómo veríamos que se forzase la dimisión del presidente del Gobierno y su sustitución por un militar de mentalidad democrática".

"Le manifesté mi desacuerdo total. Esta visita, con otros hechos, habla de una prisa muy grande de los socialistas por llegar al poder. En definitiva, muy poco responsable", concluye Pujol, que manifiesta, a modo de "reconocimiento", su "buena opinión" de Suárez.

Otros de los dirigentes del momento con los que se entrevistó en 1980, concretamente en diciembre, fue el ministro del Interior, Rodolfo Martín Villa, que acompañado del gobernador general, Josep Melià, comunicó a Pujol que el Gobierno aplicaría una política autonómica restrictiva porque: "hay peligro de que el proceso se nos desborde", según le dijo. "Cuando parecía que nos hablaba de una decisión del Gobierno del cual formaba parte, añadió: 'Para llevar a cabo esta política que acabo de exponer sólo hay un obstáculo, que es el presidente Suárez. Pero esto se resolverá", relata Pujol.

El ex presidente catalán reflexiona en este punto que si bien rechazó de plano la oferta del socialista Múgica, "al ministro Martín Villa le podía decir bien poca cosa. Yo podía defender a Suárez de sus enemigos pero no de su amigos".

 

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