Letizia. Yo Dona y las filtraciones

Me llama a mi móvil una persona de la revista Yo Dona para hablar sobre las cuestiones que comentabamos en nuestra información y conocer "de donde procedía la filtración". Evidentemente le contesto -no deja de asombrarme que tenga que recordárselo a una compañera- nunca revelo mis fuentes, pero le advierto que son absolutamente fiables. Me dice que "ella no sabe si su directora se ha entrevistado o no con la Princesa de Asturias, pero que en caso de hacerlo, allí solo habría dos personas". O tres corrijo a mi interlocutora: tu directora iba acompañada. "Pero si ellas no han dicho nada (sic), ¿entonces de donde procede la filtración?" me pregunta. ¿Por qué me sorprendo de que estén buscando al filtrador?

He de reconocer que no tuve más remedio que releerme la noticia, escrita por mi mismo, para repasar que secreto de la corona había desvelado... Sorprendentemente, lo único que había entrecomillado y contado de aquella larga conversación era que doña Letizia había elegido Yo Dona para una posible aparición porque "no es ni de derechas ni de izquierdas", y eso le gustaba. ¿Donde estaba la peligrosa exclusiva? Incluso algún conocido periodista llegó a llamar a la Oficina de Prensa de Zarzuela para que le negarán la información ¿Que iban a saber ellos? Siempre reaccionan igual. ¡Menos mal que no conté el resto de la conversación! ¡Me mandan los geos!

Lo que me resulta sorprendente de esta escaramuza es la frivolidad con que se comentan algunas cosas en palacio y la vehemencia con que las desmienten cuando -a veces no hay más remedio que contarlas- incluyen alguna afirmación que chirría. Sí, hay que cuidar la imagen. Y en Yo Dona ya han hecho algunos reportajes-seguimiento a doña Letizia que van en esa línea. Pero hay que cuidarla en todo momento, para no tener luego que arrepentirse. Quizá esa es la moraleja que todos ellos deben sacar. Porque para mi solo hay una: la información siempre hay que contarla cuando es veraz. Es el único patrimonio que tenemos los periodistas.