Tuvo un gesto al tratar de evitar la reverencia de Masako

Doña Letizia en Japón: de inclinar la rodilla ante el emperador en 2005 a besar a la emperatriz

Su primer viaje fue como princesa; ahora como reyes, Felipe VI y ella están recibiendo un tratamiento protocolario de especial cariño y cercanía

Doña Letizia saludando a los emperadores de Japón en 2005 y en 2017.

“Un tratamiento de mucha confianza, de especial cercanía, cariño, naturalidad”: así define un experto en protocolo los gestos del recibimiento que dieron los emperadores Akihito y Michiko de Japón a los reyes Felipe y Letizia en el comienzo de su viaje de Estado.

El viaje de Estado de los reyes a Japón supone una visita especialmente importante, por ser el primer encuentro con un monarca tan importante como el emperador nipón. Ya estaba prevista para abril de 2016, pero se tuvo que aplazar por la falta de un Gobierno electo en España.

Este viaje es el segundo oficial que hace don Felipe y doña Letizia. Ya estuvieron en 2005, en uno de los primeros viajes como príncipes tras la boda de 2004.

La comparación de ambos viajes dejan ver diferencias significativas, sobre todo en lo que se refiere a doña Letizia. Hace doce años, la entonces princesa Letizia saludó a Akihito y Michiko con una profunda reverencia: incluso dobló las rodillas, como se puede ver en la imagen superior.

Muy diferentes son las imágenes que dejó el recibimiento de los emperadores a los reyes de España este miércoles 5 de abril. El rey Felipe dio la mano al emperador Akihito y dio dos besos y besó en la mano a la emperatriz.

Por su parte, la reina Letizia dio la mano a Akihito, y dio la mano mientras se inclinaba a dar dos besos a Michiko.

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También relevante fue el lugar que ocuparon en la cena de gala. No es habitual, y por tanto fue un gesto de especial aprecio, el que Akihito colocara a Felipe VI a su derecha, cuando lo normal es que sea él quien esté a la derecha del invitado.

“Es un protocolo al máximo nivel de distinción”, asegura Carlos Fuente, que concluye que todos estos pequeños gestos tienen su lectura política en el sentido de que para Japón y para su emperador esta no es una visita de Estado más, rutinaria, sino que hay “un cariño especial” hacia los reyes de España.